La Historia detras de Lithuanian Irons
Desde temprana edad Vladislav Novickij fundador de la marca Lithuanian Irons mostro interés por la reparación de aparatos electrónicos, influencia recibida de su padre.
A los 16 años, un amigo le hizo su primer tatuaje utilizando una máquina rotativa casera. Fascinado por el proceso, decidió explorar más a fondo el mundo del tatuaje y construir su propia máquina. Utilizó materiales improvisados, como un motor de una radio y cuerdas de guitarra, ahi ya estaba la semilla de Lithuanian Irons. Años mas tarde comenzo un modesto taller de tan solo 10 metros cuadrados.
Al principio, era solo el, trabajando en pedidos personalizados. La producción, puramente artesanal, requería tiempo y dedicación. En aquellos primeros años, solo podía completar no mas de 6 pedidos al mes. Sin embargo, algo importante comenzó a suceder: el boca a boca atrajo a más y más entusiastas, y los pedidos comenzaron a superar su capacidad de producción. Fue entonces cuando tomo la decisión de contratar un asistente. Ahora eran dos en aquel pequeño taller trabajando codo a codo para hacer que las cosas fueran más rápidas.
Con el tiempo, las ambiciones crecieron y adquirieron un nuevo taller de 80 metros cuadrados. Esta expansión les permitió organizar el trabajo de manera más eficiente. A esta altura ya eran un equipo de cuatro personas y desde ese momento, el éxito se disparó. La sinergia del equipo se reflejó en un aumento significativo en el número de pedidos. Lo que comenzó como un modesto taller, ahora se había convertido en un negocio serio.
En Lithuanian Irons, no solo fabrican maquinas, sino que también forjan vínculos duraderos con los clientes. Cada pieza que sale de su taller es una obra maestra hecha a mano, creada con pasión y dedicación.
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